Los tumores de los párpados son muy comunes y aparecen como irregularidades o bultos; normalmente son benignos, pero en ocasiones pueden ser malignos, y es por eso que conviene hacer un seguimiento de estas lesiones por su médico oftalmólogo.

De entre los tumores benignos destacan los siguientes:

Se debe hacer un seguimiento periódico de estas lesiones, y ante un cambio en su forma, color, consistencia (sangrado, ulceración), clínica (escozor) o tamaño debe acudir al oftalmólogo. En este caso se realiza extirpación y posterior estudio de la anatomía de la lesión.

De entre los tumores malignos destacan los siguientes:

Los carcinomas son lesiones que pueden aparecer induradas, de aspecto perlado o con un cráter en su centro, por donde puede haber sangrado activo o costra. Los melanomas son lesiones de carácter agresivo y aspecto, en general, hiperpigmentado, de bordes irregulares, que a veces crecen sobre una lesión previa (peca).

Estas lesiones malignas se deben extirpar en un periodo corto de tiempo, y ser analizadas en el laboratorio para determinar su naturaleza y asegurarnos de la extirpación total de la lesión. Dado su carácter maligno se deben realizar pruebas de imagen complementarias para averiguar si ha habido diseminación a distancia del tumor maligno. En caso de diseminación existen tratamientos complementarios (radio/quimioterapia) sobre la zona o generales. Si la lesión localizada en párpado infiltra estructuras oculares, en estos casos puede ser necesario extirpar estructuras del ojo o el ojo en su totalidad, así como parte de los huesos faciales si se ven afectados. Si la lesión no se extiende pero su extirpación requiere quitar una parte importante del párpado, existen técnicas de reconstrucción (injertos cutáneos).

Estas lesiones malignas pueden recidivar con el tiempo, en el mismo lugar o en su proximidad. Es por eso que hay que realizar un seguimiento periódico después de la cirugía.

Dra. Raquel Bañón Navarro
Dra. Laura Soldevila Bacardit