La oclusión arterial retiniana es una enfermedad de la retina producida por un fallo en su riego sanguíneo que provoca una pérdida importante de visión sin dolor, habitualmente en un solo ojo.

Las causas más frecuentes de obstrucción del flujo sanguíneo son el estrechamiento de la arteria (aterosclerosis ó arterioesclerosis) y la embolia (émbolo es el nombre de un trombo que se origina en un sitio y después se desplaza por la sangre a otra zona del cuerpo distinta y provoca el cierre de ese vaso como si fuese un tapón).Otros factores de riesgo para producir trombosis arteriales son la hipertensión arterial, colesterol elevado en sangre, trastornos de la sangre, inflamaciones de los vasos sanguíneos (vasculitis)…

Fig 1. Obstrucción de la arteria central de la retina.

CAUSAS QUE PRODUCEN OBSTRUCCIONES ARTERIALES

EMBOLIA

La arteria oftálmica es la primera rama de la arteria carótida interna, que es la arteria que va a cada lado del cuello y lleva sangre a la cabeza. Cuando esta arteria se estrecha por placas de colesterol y/u otras partículas, puede desprenderse parte de ese material (émbolo, Fig. 2) provocando un bloqueo sanguíneo de la arteria oftálmica, de la arteria central de la retina o de una de sus ramas, provocando una pérdida visual más o menos severa según la zona de la obstrucción.

Fig 2. Émbolo arterial.

ATEROSCLEROSIS

Otra causa de oclusión arterial retiniana es la vasoobliteración o aterosclerosis. Las placas de ateroma están formadas por depósitos de colesterol y otras partículas. Éstas van engrosándose lentamente hacia el interior de la luz de la arteria disminuyendo el diámetro o espacio interior de la arteria, llegando incluso a obstruirla (similar al acúmulo de cal en una tubería).

SÍNTOMAS QUE PUEDEN PRESENTAR LOS PACIENTES

Cuando un paciente presenta este tipo de lesiones puede manifestar los siguientes síntomas: pérdida brusca de visión no dolorosa, habitualmente de un solo ojo (puede ser permanente o durar segundos e incluso sólo unos minutos)pérdida de todo el campo visual si se afecta la arteria central de la retina, o pérdida de una parte del campo visual si se afecta una rama de ésta.

TRATAMIENTO Y SU IMPORTANCIA

No existe un tratamiento definitivo para este tipo de lesiones retinianas, lo fundamental es prevenir su aparición.

El tejido retiniano puede sobrevivir a la falta de aporte de oxígeno pocas horas, por lo tanto la finalidad del tratamiento es restaurar lo antes posible la circulación retiniana.

Para intentar mejorar el aporte de oxígeno arterial se ha recomendado tumbar al paciente para realizar maniobras como el masaje ocular, durante al menos 15 minutos, y así intentar mejorar el flujo arterial y movilizar el émbolo, pero se ha visto que pocas o muy pocas veces tienen éxito. También pueden emplearse tratamientos para disminuir la presión intraocular como colirios hipotensores o diuréticos, intentando mejorar el riego sanguíneo. Si estas medidas no dan resultado se podría realizar una maniobra más complicada y que se realiza en quirófano, consistente en la evacuación de parte del contenido líquido del ojo para disminuir la presión ocular y así mejorar el flujo sanguíneo. Debido a los pobres resultados obtenidos y al riesgo que conlleva la técnica, se encuentra casi en desuso.

En los últimos años se han estado utilizando técnicas para descomponer los coágulos a nivel de la circulación local (retiniana) cuya aplicación aún no está afianzada.

En ocasiones como medida preventiva de nuevos eventos similares se utilizan antiagregantes como el ácido acetilsalicílico o similares.

Recomendamos realización de ejercicio, dieta baja en grasas, dejar de fumar, control del peso, hábitos de vida saludables, ya que si prevenimos otras enfermedades vasculares se puede disminuir el riesgo de padecer una oclusión arterial retiniana.

A pesar del tratamiento las oclusiones arteriales retinianas conllevan a una pérdida significativa y permanente de la visión del paciente en la mayoría de los casos.

Dra. CLARA PILAR RUIZ BELDA
Dra. INMACULADA C. LÓPEZ MECA